VXII.

La ventana
deja caer el mundo.
Aire, color, acción
despiertan
con el permiso
de la cortina.

El asfalto no basta
para imponerse al ruido
ni maniatar al caos.
Pero entre franja y franja
de demencia,
serenos eslabones
mantienen viva
la esperanza.

Sé dónde se esconde
la poesía:
como un espectro
juguetón,
nos roza primero
la nuca
para existir
ante los ojos
por medio segundo
tan sólo.
Vive de la velocidad.
Aprende a cazarla.

2 comentarios:

Ilitia dijo...

"Pero entre franja y franja
de demencia,
serenos eslabones
mantienen viva
la esperanza."

Breve y tenaz, quizás la poesía ya sea propiedad de unos pocos que siempre fueron sus dueños. Y no se deja ver a otros tantos por miedo a la hipocresía.

José Antonio Pamies dijo...

Hola café machado, años llevo cruzándome contigo por aquí en enlaces comunes, desde los rapsodas desconocidos unidos por una mano amiga de la poesía sin trabas ni limitaciones en aquel tiempo siempre me topo con tu blog y nunca me animo a dejarte una huella. Pues aquí queda, si te prodigas un poco más con la poesía pasaré a leerte de vez en cuando, de cuando en vez. Saludos de café machado y descafeinado.