XVI

En toda pérdida hay una lección
que rehúye al hombre,

una lábil moraleja
que despista a la conciencia.

Esa luz en la tiniebla

sólo se entiende tras conocer

el verdadero peso de la lentitud,

la lenta digestión de la derrota.

La única verdad:

el dolor bendice al espíritu,

el olvido limpia la mirada,
la distancia enriquece el sueño.


Si en el vacío encuentro vacío,

no temo: sigo excavando.



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