X.

Quise recordar contigo
cómo de pequeño
encontré mi Atlántida.

Y lloraste. Dijo tu boca:
"somos insignificantes".
De ahí tu fría tristeza,

Y por ello persiste
mi fábula:
No lo has pensado bien.

No ves lo que yo en tus labios
tras el sorbo de café,
ni comprendes que el espejo
no actúe hoy como ayer.

Está todo ahí, mas tú no lo ves.

Separas vida y muerte, alma
y mente. Pensar en mundos
que de nadie dependen
te estremece.

Pero mi Atlántida
no significa nada sin tu ciencia,
y viceversa.

Reina y zángano, Dios y hombre:
es todo un trueque
de mútua dependencia;
un empate sempiterno,
un pulso sin destino.

No lo has pensado bien.
Somos nada
y todo a la vez.
Abrázame y comprenderás.




1 comentario:

Déägol dijo...

Sí estaban bastantes relacionados nuestros últimos posts.

"Pronto te vas a dar cuenta que todo es mentira, pronto te vas a plantear seriamente lo poco que ha sido tu vida".

Saludos.