Parece que empezó con las cañerías. Sé que ya estaban discutiendo cuando se estropearon; fue cuando él se puso así por primera vez. Ella no le dio importancia hasta más tarde, cuando se cayó la chimenea y la electricidad empezó a fallar y ya sabes. Entonces fue cuando él empezó de verdad. En una casa tan antigua te esperarías algo así, pero por lo visto él no. Recuerda lo que te contaba por entonces. Lo que ella me contaba. Hasta qué punto estaba asustada. Tuve que decirle, Yolanda, tú vives con miedo, no es así como quieres estar, tampoco el niño. Ella llegó a pensar que quizá tenía una doble cara, que quizá tendría que haberlo conocido mejor antes de casarse. Hasta que pasó aquello, en Octubre. Dicen que el crío no se enteró, que fue instantáneo. Mira, ya se ha discutido bastante ese tema. No sé si tuvo él parte de culpa en el accidente. Quizá no. O quizá, quién sabe. No pienso echar más leña al fuego. Pero, desde entonces, no ha vuelto a tener ningún ataque de esos. Eso desde luego.
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